Hay un refrán que dice “Quien deja herencia, deja pendencia”, pero no siempre es cierto, nuestro invitado heredó, como una antorcha, un nombre y un apellido: ALBERTO CLOSAS, nada menos. Herencia sin pendencia, herencia con admiración.
Nacido en Barcelona en 1961, es actor, locutor, productor, actor de doblaje y director. Ha participado en series televisivas tan conocidas como “Cuéntame”, “Sin tetas no hay paraíso” o “Médico de familia”. En su trayectoria teatral cuenta con obras como “Casa con dos puertas, mala es de guardar”, “El lindo Don Diego”, “My fair lady” o “Las Leandras”.
Llegó a nuestra cita abrigado por el frío de Enero, puntual, elegante, traje gris, corbata turquesa jaspeada, pañuelo de seda y una naturalidad que le caracteriza.
Es hijo de uno de los actores más importantes de nuestro país y nieto de un Conseller de Tarradellas, quizás por eso padre y abuelo eran republicanos en una España en la que estaba prohibido serlo, y eso deja poso.
Lleva 25 años doblando al personaje de Bob esponja “Calamardo”. La voz del personaje es una caricatura de la voz de su padre. Y nos comentó con cierta sorna: “Gano dinero en el doblaje y lo pierdo con el teatro”. Y lo explicó: “Tu inviertes una fortuna, decorados, actores, ensayo, promoción, administración… estrenas la obra y si funciona ganas mucho dinero poco a poco, pero si fracasa lo pierdes de golpe, en una semana pierdes todo y no puedes recuperar porque el decorado no le sirve a nadie, las horas, los días de ensayo de diez personas, si no hay representaciones es humo… un desastre”.
Pero el teatro es su pasión heredada y él se lo juega. Decía William Shakespeare: “Ningún legado es tan rico como la honestidad”. Y Alberto recibió ese legado de su padre. Es honesto con el teatro, con su forma de entender el teatro, “su” teatro. Y sueña con hacer algún día un estreno como los de antes, un estreno de alfombra roja en la Gran Vía, caballeros de smoking y damas compitiendo en elegancia. Es lo que vivió en aquella época pasada que los demás vimos como lejanos espectadores y él como un privilegiado protagonista, por parentesco.
Tiene el sello Closas, en el escenario se parece a él, los genes son los genes.
Nos contó encontrarse en varios proyectos, uno de ellos llevar al teatro, como homenaje “al jefe” (como el le nombra), la obra “Usted puede ser un asesino”, encarnando el papel que inmortalizó su progenitor.
Lo quiere hacer con la mejor actitud; positivo y con el bagaje de haber aprendido de terribles experiencias, porque la vida en un momento te deja la cara emborronada, como un payaso sorprendido por el llanto. Una enfermedad y la pérdida de seres queridos, entre ellos su esposa, la actriz Silvia Gambino, han marcado su realidad. “Tengo que pelear, pero no me da miedo la muerte, me dan más miedo las motos y las mujeres”. De este tema nos comentó una frase de su padre, que era un seductor, que hoy sería políticamente incorrecta, pero no me resigno y la pongo: “Ser fiel, es ser infiel a las demás”.
En lo sentimental tiene una nueva ilusión que le llena de responsabilidad y su anhelo es vivir en Alicante y navegar: “La vida es una y hay que vivir y pasarlo bien cada ratito”.
Fernando Corella
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