La asturiana Cris, así la llamaban en Warner, su primer sello discográfico, parecía condenada a convertirse en una muñequita vestida de azul, para consumo efímero de fans treceañeras. Pero dentro llevaba la rebeldía y la rabia ante los problemas del mundo. En los últimos veinte años ha cantado en el Tinduf argelino del pueblo saharaui. Y también en ese Oriente Medio hervidero de guerras y represiones. Y en cuanta causa minoritaria le exigiera dar la cara y plantar su música y sus reivindicaciones antes quienes quisieran escucharla y ante los que hubieran preferido no oírla nunca.

Alberto es un provocador nato. Basta con conocer el nombre del grupo en el que se dio a conocer, Semen Up, en el concurso Don Domingo que Beatriz Pecker capitaneaba los fines de semana en RNE. Su encuentro con Cristina fue una explosión. Una relación tan intensa como diferentes eran su gustos y pasiones. Pero de aquella mezcla de intereses y gustos surgió un dúo que iba a revolucionar el pop español en aquellos noventa difíciles para la lírica e incluso la épica. Canciones reivindicativas, como aquel africano que deambulaba por la Gran Vía, como esos textos dulcemente provocativos, “Lo estás haciendo muy bien”, que cantaban por igual la adolescentes ya sabias que las niñas que no entendían de qué iba ese texto.

Éxito total en su carrera y en su estancia entre nosotros. Contaron sus vidas y sus carreras, cada uno desde su punto de vista y con absoluto respeto por la versión del otro/otra. Quizás ya no se amen con pasión. Pero siguen teniendo una Amistad, por suerte ya no tan Peligrosa.

José Ramón Pardo