Recuerdo a Carmen Posadas muy joven en la España de la alta sociedad, la llamada jet set, vivió aquí la época de los yuppies y se movió con talento, venciendo su timidez, en los ambientes de la “socialité”, destacando siempre en la movida de la alta clase social y de la aristocracia por su personal estilo y su elegancia natural.
Caía bien a todo el mundo, ganando muy pronto simpatías y popularidad. Cuando a comienzos de los 80 empezó a publicar cuentos para niños, se creyó que era un modo de divertirse de la hija del embajador uruguayo Luis Posadas, pero mira por dónde la escritura se convertiría en su oficio y la encumbraría como “celebrity”. Porque con los relatos, novelas, ensayos, guiones y artículos que lleva publicados de 1980 acá, del cuento “Una cesta entre los juncos” a la historia “La leyenda de la Peregrina”, Carmen Posadas se ha convertido en una celebridad. pero no por fiestas sino por la fama de buena e influyente escritora.
Mujer trotamundos. Carmen Posadas nació en Montevideo (13/08/1953), hija del diplomático Luis Posadas, de raíces asturianas, y de Sara Mañé, restauradora. Por destinos de su padre, embajador de Uruguay, vivió en Madrid, Londres y Moscú. Estando en Moscú, en 1972 se casó con Rafael del Cueto Ruiz de quien tiene dos hijas: Sofía y Jimena. Una boda espectacular, de película, montada por su madre, publicada en todo el mundo. En 1988, se casaría en segundas nupcias con Mariano Rubio (fallecido en 1999), entonces gobernador del Banco de España. Una ceremonia íntima en la embajada española en Viena.
Uruguaya de naturaleza y española también desde 1985, la vocación literaria le viene de su padre, muy lector y muy crítico. Uno de sus primeros libros -“Hoy caviar, mañana sardinas”- nos da la historia de la familia contada por la madre. Con “El señor viento norte” fue Premio Nacional de Literatura Infantil 1984. Con la novela “Pequeñas infamias” ganó el Planeta 1993. Es creadora, inventa tramas y personajes, pero otros los recoge de la vida real, desfigurados, y confiesa que “a quien me cae mal, lo pongo en un libro y lo mato”. Líbreme, pues, Dios de su mal de ojo y… muchos éxitos más, Carmen Posadas, ahora embajadora del Patrimonio Cultural Español.
JAVIER DE MONTINI
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