Marimar Blanco

29 de Abril 2022

Cuando estás frente a ella, ves en sus ojos que ha sido protagonista en primera persona, de un momento histórico.
Un momento histórico, es aquel que preguntes a quién preguntes, todos recuerdan dónde estaban en aquel momento y como lo vivió.

 Y eso pasa ante la pregunta: ¿Qué estabas haciendo el 13 de Julio de 1997?, cuando asesinaron a MIGUEL ÁNGEL BLANCO.
La historia persiste siempre en dibujar a los héroes como soldados aguerridos admitiendo la magnitud de su drama. Pero no es así, es verdad que Miguel Ángel tenía conciencia clara de que corría un riesgo por ser concejal del P.P. en Ermua, porque había mucho odio en esa sociedad preñada de episodios terroristas.
Pero era un chico normal, enamorado, que le gustaba tocar la batería y quería ser libre y que los demás también lo fueran, y esa determinación convirtió en sublime su gesta, porque significó el golpe más duro a la banda terrorista ETA. Un sacrificio tan importante, que 25 años después, resulta muy incómodo de recordar para sus verdugos, por eso se habla poco de ella y se cubre de tópicos desfiguradores.
Su muerte fue súbita y sonora como el estallido de un cristal. Y la sociedad no podía creer que aquello hubiese ocurrido así, a sangre fría. Aunque la policía ya sabía que le asesinarían porque le habían secuestrado a cara destapada. Mª Mar Blanco es su hermana, Diputada de la Asamblea de Madrid y con un claro objetivo:
“QUE NO SE OLVIDE TANTO DOLOR”. Cuesta trabajo pensar, qué debe sentir al recordar que quién pasó información sobre su hermano fue su compañero, con el que bailaba en la escuela de bailes regionales vascos. Y que Chapote condenado a 152 años de cárcel y “Amaia” Gallastegui, su compañera, ASESINOS DE SU HERMANO, puedan quedar en
libertad en breve.
En sus comentarios contundentes nos transmitió el dolor de su madre, que tenía buena mano para la cocina, sobre todo los lomos de trucha, comida preferida de Miguel Ángel, el mismo plato que quedó sobre la mesa el día que le secuestraron. Nunca más volvió a cocinar aquello.
Y su padre, que según nos confesó se divertía mucho con los humoristas, uno de ellos, nuestro compañero Tony Antonio, y desde la muerte de su hijo no volvió a sonreir. El HORROR mato el HUMOR. Nunca más se dibujó una sonrisa en la cara de los dos, solamente en una recepción del Papa Juan Pablo II que se puede atisbar un pequeño gesto de alegría.
Cuatro años después del asesinato, Mª Mar se casaba en el lugar preferido de su hermano. Años más tarde descubrieron que ETA tenía documentación y medios para atentar en su boda porque preveían que iban a acudir a ella altos cargos del P.P.
La necesaria voz de Mª Mar, como un pájaro triste a favor de las víctimas, es un grito contra el horror, el terror, la injustificación de la violencia y el CUMPLIMIENTO DE LA JUSTICIA.

 

© Derechos de autor: Peña Periodística Primera Plana

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